LA VIDA EXTERIOR REFLEJO DE LA VIDA INTERIOR

Se descubren muchas cosas curiosas y sorprendentes cuando se realiza un trabajo interior. Una de ellas es que la confusión  de las situaciones que vivimos, no son otra cosa que la confusión y contradicción que hay en nuestro propio interior.Todo lo que hay en nuestro interior tiende a materializarse en nuestro exterior. Y no se puede materializar de un modo distinto a como esté dispuesto en nuestro interior. Porque nuestro interior y nuestro exterior no son dos cosas distintas sino dos vertientes de la misma cosa. Si las circunstancias me han sido favorables, nos sentimos bien; si las circunstancias no nos han sido propicias, nos sentimos mal. Pero llega un momento en que te  das cuenta  que no se puede pasarse todo el tiempo echando la culpa a las circunstancias, se descubre que,  el problema que uno vive, la insatisfacción, las dificultades, lo vive por culpa de algo que hay dentro, por un modo de ser de uno.

EL ECHAR LA CULPA AL EXTERIOR PUEDE SER UNA GRAN SATISFACCIÓN PARA EL EGO: UNO QUEDA LIBRE DE RESPONSABILIDAD.

La persona que interiormente tiene miedo, tiene angustia, tiene hostilidad, por la razón que sea, estará provocando y atrayendo inevitablemente circunstancias agresivas contra ella, que tenderán a justificar una vez más su hostilidad y su resentimiento, las cuales, a su vez, provocarán nuevas situaciones de dificultad, de injusticia, de maldad, y de este modo se irá reforzando su círculo. Mientras no cambie, se pasará la vida repitiendo esas situaciones, sean cuales sean las circunstancias o el medio ambiente en que se encuentre. Y el círculo nunca se rompe en lo exterior, porque es la persona, que desde su foco de conciencia, es quien lo está creando y manteniendo. (Y esto ocurre de un modo inevitable)

UNO SE DA CUENTA QUE TIENE EN SUS PROPIAS MANOS LA RESPONSABILIDAD DE SU VIDA, QUE DEPENDE DE UNO EL ELEGIR QUE SU MUNDO GIRE DE UN MODO O DE OTRO COMO ÉL QUIERA.  Si uno interiormente se obliga a vivir una conciencia de amor,  profundamente esto hasta la raíz,  veremos cómo, al cabo de muy poco tiempo,  semanas, o días, nuestras circunstancias exteriores cambian.  La gente a nuestro alrededor cambia; tal vez no lo haga ella, en sí, sino sólo en relación con uno y los que no puedan cambiar en relación con uno mismo, cambiarán… de sitio; es decir, dejaremos de estar en contacto con esas personas. Si  la persona esté dando valor a su modo de vivir, esté luchando por solucionar dificultades, entonces la persona no se ha de engañar diciendo que busca otra cosa. Cuando la persona comienza a ser consciente es natural que esta gran ley de que lo interior es la causa de lo exterior se pueda aplicar a todos los estados de la vida;  circunstancias familiares, económicas, profesionales, etc., Si, por ejemplo, estamos haciendo oración pidiéndole a Dios una serie de cambios en nuestra vida, pero en nuestro interior hay miedo, lo que se perpetuará en el exterior será el miedo, porque la ley de materialización es una ley que obedece a la profundidad y continuidad.  Por eso, el problema de la persona en la vida de oración consiste en llegar a querer, a amar, a Dios de tal manera que se elimine su miedo.